Augusto Martínez Plácido aspira en convertirse en el próximo Pedro Martínez de San Miguel de Manoguayabo

Por Raúl Germán B.

@raulredaccion

Augusto Nicolás Martínez.

Santo Domingo Oeste.- En San Miguel de Manoguayabo, las referencias, en el béisbol de Grandes Ligas son Ramón y Pedro Martínez.

Todo joven lanzador, de una forma u otra desea llegar al nivel alcanzado por ellos, sobre todo, por el de Pedro, llamado, por su dominio ‘El Monstruo de Manoguayabo’.

Esta es la aspiración del jovencito Augusto Nicolás Martínez Plácido, un talento en potencia de la barriada de San Miguel.

Con tan solo 17 años ya tiene una recta que sobrepasa las 86 millas por horas la que, por su localización, lo hace un lanzador ponchador.

En la actualidad, en la categoría amateur, lanza en la finca de los Medias Rojas de Boston y, en sus últimas salidas monticular ha lanzado maravillas.

En una de sus presentaciones, ponchó a 8 bateadores, en 5 inning y solo permitió un hit. En su segunda participación abanicó a 13, en 5 entradas. Ya suma 21 ponches en 10 inning.

“Este talento mío se lo pongo siempre en las manos del Señor. Por mi desempeño, los fanáticos me preguntan que de dónde soy y les digo con orgullo que de San Miguel de Manoguayabo”, declaró Martínez Plácido.

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Estamos ‘amemados’, pero todo cambiará

Por Andrés Travieso

La juventud del municipio es huérfana.

Santo Domingo Oeste.- En nuestro municipio y, muy especialmente en Herrera, un alto porcentaje de los jóvenes está asociado a la venta y consumo de drogas, delincuencia, muertes, robos, atracos; en fin, a una larga lista de acciones delictivas que corroe la vida sana y en paz.

La desesperanza y las frustraciones merodean a nuestros jóvenes, como queriendo sepultarlos en el pozo del estancamiento.

La falta de oportunidades, el desempleo, la deserción escolar, la ausencia de lugares de diversión sana, la carencia de centros deportivos, la desintegración familiar y la crisis de liderazgo son factores generadores de ‘amemamiento’  en nuestro municipio.

En Santo domingo Oeste, las expectativas de crecimiento, duele escribirlo, son escasas. Tenemos once años de vida municipal y no hemos sido capaces de sentarnos a discutir, minuciosamente, un plan de desarrollo a diez o quince años.

Tenemos autoridades establecidas, contamos con la presencia de cientos de “líderes” comunitarios, cientos de pastores y sacerdotes, pero ninguno ha tenido el valor de decir: “estamos en un gran mal, hemos descuidado a la juventud, somos un municipio ‘amemado’. Tenemos que cambiar”.

¡Oh, Nehemías! ¡Oh Montesino! ¿Qué líder, o qué autoridad, alzará su voz y nos llamará a una gran concertación municipal para establecer nuestras prioridades y nuestra visión de desarrollo?

Es tiempo de que nuestras autoridades ‘amemadas’ y los líderes dormidos despierten para que se pongan a lavar y sino que presten la batea.

“¡Despierten!” Es el grito de una juventud concentrada, definida y no contaminada, pero si cansada de más de lo mismo. Esa juventud quiere cambios reales en Santo Domingo Oeste.

Ya los muchachos no quieren un municipio ‘amemado’ y dormido. La juventud demanda un municipio despierto, trabajador y dinámico.

Los susurros se están convirtiendo en grandes estruendos y quién sabe si por las calles del municipio de las flores marchitas se oye esta canción: “Cantemos todos, porque la juventud/viene marchando, es una gran multitud/que trae al viento la bandera de la paz/ todo cambiará, todo cambiará/ cantemos todos, porque la juventud/asoma siempre, es como un rayo de luz/es la esperanza y también la libertad/todo cambiará, todo cambiará”.

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