Por La Redacción
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LeBron James. |
MIAMI
(ESPNDEPORTES.COM).- LeBron James y el Miami Heat siguen
encabezando la NBA, y ni siquiera un empujón de los San Antonio Spurs pudo
derribarlos.
James condujo al Heat a su segundo
título consecutivo al anotar 37 puntos y capturar 12 rebotes para una victoria
el jueves de 95-88 en un tenso séptimo partido de la final que estuvo a la
altura de las expectativas.
Al ganar el título que necesitaba para
validar su mejor temporada en la historia de la franquicia --y tal vez el
sistema de tres superastros que utilizó para construirlo-- el Heat se llevó su
segundo campeonato consecutivo en la primera final de la NBA en extenderse
siete partidos desde 2010.
"Requirió todo lo que teníamos como
equipo", afirmó Dwyane Wade. "Hay que dar crédito a los San Antonio
Spurs; son un equipo increíble, una franquicia increíble. Esta es la serie más
difícil que hemos tenido que disputar. Pero somos un equipo resistente e
hicimos todo lo que fue necesario".
Dos noches después de unas jugadas
estelares que salvaron el sexto partido cuando el Heat estaba casi eliminado,
James continuó su recorrido estelar a través del mundo del básquetbol, con dos
títulos de la liga y una medalla olímpica en los últimos 12 meses.
"Trabajo mucho en mejorar mi juego
durante todo el descanso entre temporadas", dijo James, que fue Jugador
Más Valioso por segunda final seguida. "Le pongo mucho trabajo, y poder
venir aquí y que los resultados ocurran en la cancha es lo máximo. Lo máximo.
No me alcanzan las palabras (para describirlo)".
Metió cinco triples, marcó al francés
Tony Parker cuando tuvo que hacerlo, e hizo todo lo que podía esperarse del
mejor basquetbolista en el juego.
El Heat se convirtió en el primer equipo
que repite un campeonato en la NBA desde Los Ángeles Lakers en 2009-10, y el
primero en vencer a los Spurs en la final de la liga.
Los jugadores y los entrenadores se
abrazaron mutuamente tras el partido. El respeto que ambos equipos se tienen
fue evidente desde que el balón se puso en juego en el primer encuentro hasta
el timbrazo final de la serie.
Los aficionados se pusieron de pie,
aplaudieron y bailaron en los últimos minutos, en que cada canasta era
respondida por otra, cada bloqueo con otro. El Heat adquirió una ventaja de
seis puntos algunas veces en el último período, pero San Antonio repuntaba una
y otra vez.
Los Spurs, que apenas dos noches antes
estuvieron tan cerca de un quinto título, no pudieron encontrar una forma de
llevarse este partido, tal vez la última oportunidad que Tim Duncan, Parker y
el argentino Manu Ginóbili tendrán de intentarlo juntos.
"En mi caso, aún tengo el sexto
partido en la cabeza", dijo Ginóbili. "Hoy jugamos un encuentro que
estuvo OK; ellos simplemente metieron más tiros que nosotros. LeBron estuvo
increíble. Shane también. Esas cosas pueden ocurrir. Pero haber estado tan
cerca y sentir que uno está a punto de agarrar ese trofeo, y verlo desvanecerse
es muy duro".
Trataban de convertirse en el primer
equipo en ganar un séptimo partido de una final como visitante desde que
Washington venció a Seattle en 1978, pero se les acabó el combustible justo
antes del final.
Duncan anotó 24 puntos y logró 12
rebotes para los Spurs, pero falló un tiro bajo la canasta cuando faltaban 50
segundos de juego y su equipo perdía por dos puntos.
A continuación James anotó con un tiro
de larga distancia con lo que el marcador se puso 92-88 a favor de Miami, lo
cual obligó a San Antonio a pedir un tiempo fuera mientras la canción "The
Heat is On", de Glenn Frey, tronaba desde los altavoces del estadio.
James siguió con un robo de balón y
acertó dos tiros libres para darle una ventaja de seis puntos a su equipo.
Después de un intento fallido de Ginóbili, caminó hacia la banca, consciente de
que todo había terminado y que, una vez más, él era el que permanecía de pie.
Dwyane Wade anotó 23 puntos y logró 10
rebotes para el Heat, que logró sobreponerse a la pobre actuación sin unidades
de Chris Bosh al contar con seis triples y 18 puntos de Shane Battier.
Las serpentinas que se lanzaron hacia la
duela y los aficionados vestidos de blanco por segundo año consecutivo tuvieron
un significado especial en esta ocasión por lo cerca que estuvo el Heat de ser
derrotado en la serie.
Miami estuvo en desventaja de 10 puntos
en el cuarto periodo del sexto juego antes de que James encabezara la reacción,
que lo llevó a terminar con un triple doble en la victoria del Heat por 103-100
en tiempo extra. El último juego estuvo casi igual de reñido, ya que ningún
equipo tuvo ventaja mayor a siete puntos y el marcador se empató 11 veces.
Kawhi Leonard tuvo 19 puntos y 16
rebotes para los Spurs, que llevaban foja de 4-4 en la ronda de campeonato.
Ginóbili metió 18 puntos, pero Parker sólo logró 10 unidades con tres tiros de
campo en 12 intentos.
El Heat y su entrenador Erik Spoelstra
recogieron el trofeo Larry O'Brien una vez más de manos del comisionado David
Stern, quien presidió su última final de la NBA antes de retirarse en febrero
próximo.