*Por Juan Terrero Pérez
|
Juan Terrero. |
Santo
Domingo Oeste.- Según el Diccionario de la Lengua
Española, el vocablo envidia se define como: “Padecimiento de una persona
porque otra tiene o consigue cosas que ella no tiene o no puede conseguir. Deseo
de hacer o tener lo mismo que hace o tiene otro”.
Algunos dirigentes del Partido de la
“Liberación” Dominicana (PLD) y hasta legisladores, vienen proclamando que los
que acusan al expresidente Leonel Fernández y al senador por San Juan de la
Maguana, Félix Bautista de cometer actos de corrupción el desempeño de sus
funciones, los hacen porque no han logrado lo que han alcanzado el doctor
Fernández, el señor Bautista y otros funcionarios y exfuncionarios de los
gobiernos del PLD, o sea, por envidia.
Resulta que esta forma de enfrentar las
acusaciones es una defensa baladí y simple; acusar de envidiosos a los que
señalan actos de corrupción a funcionarios de la pasada administración que
acaba de finalizar el pasado 16 de agosto de 2012.
No es verdad que el exfiscal del
Distrito Nacional, doctor Guillermo Moreno García, que, incluso, se atrevió a
renunciarle a ese cargo al doctor Leonel Fernández, en el primer periodo
gubernamental 1996-2000, puede sentir envidia por lo que haya alcanzado el
doctor Fernández, o, qué periodistas de las tallas de Juan Bolívar Díaz,
Bonaparte Gautreaux Piñeyro o Miguel Guerrero, puedan sentir envidias por nada,
ya que esos profesionales han llegado en sus áreas a los más altos puestos
ejecutivos.
Ahora bien, para investigar el caso de
las donaciones millonarias de Félix Bautista al candidato presidencial y
expresidente del Perú, Alejandro Toledo, , el Senado de la República escogió
una comisión, y entre los comisionados figura la senadora de la provincia
Dajabón, Sonia Mateo, y lo primero que expresó esta señora fue: “lo que pasa
con el senador Félix Bautista es que le tienen envidias por lo que ha
logrado…”.
Se tiene la percepción que esa comisión
no realizará una investigación idónea, sobre el origen de la fortuna de Félix
Bautista, porque incluso, se nota ya que algunos de sus miembros están
prejuiciados de antemano, por lo que deberían inhibirse de participar en la
misma.
No se recuerda en la historia
republicana, haber existido un grupo gobernante que haya acumulado tanto poder
económico y político en sus pasos por la conducción del Estado, como el grupo
de Leonel Fernández.
Finalmente, el debate político no puede
ser tan simple como de acusar de envidiosos a los que cuestionan exfuncionarios
de actos de corrupción. Se hace necesario elevar el debate, amigos peledeístas.
Juan Terrero Pérez es periodista y
analista político.