Por
Raúl Germán Bautista
Santo Domingo Oeste.-
El Gobierno central presentó este miércoles, ante la población dominicana, el ‘Plan
Integral de Seguridad Ciudadana’. Este proyecto busca reducir los niveles de delincuencia
en todo el territorio nacional.
Se
informó que el Plan arrancará, en principio, en
el Distrito Nacional, provincia Santo Domingo, provincia Santiago,
provincia San Cristóbal, y provincia La Altagracia. Estos sectores engloban
alrededor del 53 por ciento de la población y unos 180 barrios.
A
este operativo se sumarán más de dos mil policías, sin contar que todos los
organismos de seguridad del Estado estarán trabajando en ello.
Todo
esto parece, hasta ahí, que dará los más inmensos efectos. Desde el punto de
vista de lo que opinan algunos expertos en seguridad, esto no dará los
resultados esperados, porque se enfoca la forma y no el fondo.
Y,
ciertamente, el fondo del asunto es mucho más de ahí. Qué paradoja es que habrá
dos mil nuevos agentes para “combatir” la delincuencia, mientras seis mil de
ellos están asignados a particulares, a empresarios, ‘tutumpotes’, queridas de
gente poderosa, apostados en las casas de funcionarios y altos militares. Pero
esto sigue siendo parte de la forma, no del fondo.
El
punto más determinante del fondo de este asunto comienza por la familia,
educación en casa. La mayoría de las familias dominicanas padecen de una
desintegración única, de una falta de valores morales y patrios y, obviamente,
esto se traduce en un incremento constante de las posibilidades de engendrar
delincuentes. La educación nacional es el ‘Talón de Aquiles’ de la República Dominicana.
Y
estos casos delincuenciales son más grandes en la provincia Santo Domingo, a
donde emigran la mayoría de los dominicanos, y no con una mentalidad de
progresar en base a su trabajo digno.
Santo
Domingo Oeste no escapa de esta ola creciente de delincuencia que azota al país.
La forma más fácil de progresan en este municipio no es, precisamente, por la
educación o el trabajo honesto.
Los
‘colmadones’, drinks, bares, discotecas, prostíbulos y cabarés son grandes “empresas”
en donde se ofertan empleos. Y, justamente, los clientes de estos negocios, que
han adquirido dinero vía negocios turbios, son, y eran, ‘El Muerto’, ‘Gilbert’
o ‘El Galán Ojú’, quienes eran los reyes del la venta de drogas en Las Palmas
de Herrera y Guajimía, por no decir que en todo el municipio.
Los
especialistas aseguran que ‘vender drogas’ es una actividad económica muy atractiva,
tanto así que son ellos los únicos en el municipio, exceptuando a los
peloteros, que pueden comprar vehículos de lujo, apartamentos y gastar miles de
pesos en los lugares de diversión que asisten.
Y
la pregunta de la población es: ¿quiénes serán los que garantizarán la
seguridad en Santo Domingo Oeste?, esto así, porque es un secreto a voces el
hecho de que una parte de los agentes de la DNCD y la Policía Nacional son
empleados del crimen organizado en el municipio.
Un
legislador del municipio Santo Domingo Oeste presentó un proyecto de ley que
busca descontar, del presupuesto de las municipalidades de todo el país,
recursos para la adquisición de cámaras de vigilancia.
Se
piensa que con la instalación de cámaras, en lugares estratégicos de la
República Dominicana, se pondrá en evidencia la mayoría de los crímenes. Este
proyecto podría dar resultados favorables en el municipio Santo Domingo Oeste.
Otro
punto determinante en esto será la labor efectiva de los agentes de la Policía
Nacional que prestan servicios en Operaciones Especial, en Manoguayabo. Este
centro policial debería ser una especie de gran cuartel de inteligencia para
diseñar planes tendentes a identificar los focos de delincuencia en el
municipio.
Todas
estas cosas que, desde este miércoles, se han anunciado no surtirán efectos si
no hay una voluntad permanente de las autoridades en no dejarse sobornar por
los jefes del crimen organizado.