*Por Licda. Ángela Peña
Ángela Peña. |
Santo
Domingo Oeste.- La depresión y el bajo estado de ánimo
son comunes en pacientes con síntomas neurológicos funcionales y disociativos.
Sin embargo, hay dos cosas que vale la
pena aclarar en relación a los síntomas funcionales:
• Si
usted tiene depresión o bajo estado de ánimo, no quiere decir que sea la causa
de sus síntomas. Usted puede sentirse susceptible, cuando los médicos u otros
profesionales le preguntan cómo se siente, pero un buen médico siempre debe
preguntar esto, independientemente de su diagnóstico.
Por ejemplo, los pacientes con
esclerosis múltiple pueden sufrir de ansiedad y depresión. Cuando lo hacen, su
calidad de vida generalmente no es tan buena, lo importante es hacer todo lo
posible para mejorarlas. Con síntomas funcionales la situación no debe ser
diferente.
• Admitir
depresión o bajo estado de ánimo no significa que usted está ‘chiflado’ / ‘mal
de la cabeza’/ ‘débil de carácter’ o cualquiera de las otras cosas que algunas
personas (tal vez incluso usted) piensan. Hay un gran estigma para este tipo de
problemas y no siempre es fácil de afrontar. Ver ‘Todo en la mente’ para más
información sobre esto.
• La causa más común del bajo estado de
ánimo en pacientes con síntomas funcionales es el bajo estado de ánimo acerca
de los propios síntomas. ¿A qué se deben? ¿Por qué parece que nadie me cree?
¿Me estoy volviendo loco? ¿Me quedaré incapacitado en el futuro? El hecho de
que el bajo estado de ánimo es debido a los síntomas no quiere decir que no sea
"bajo estado de ánimo".
Depresión.-
A.
Cinco (o más) de los siguientes síntomas han estado presentes durante el mismo
período de 2 semanas y representan un cambio respecto a la función anterior, al
menos uno de los síntomas debe ser (1) ánimo deprimido o (2) pérdida de interés
o placer.
(1)
estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi cada día según lo indica
el propio sujeto (por ejemplo, se siente triste o vacío) o la observación
realizada por otros (por ejemplo, llanto).
(2)
marcada dismincuón del placer o el interés en todas o casi todas las
actividades durante la mayor parte del
día, casi cada día.
(3)
pérdida significativa de peso sin hacer régimen o aumento de peso (por ejemplo,
un cambio de más del 5% del peso corporal en un mes), o disminución o aumento
del apetito casi cada día.
(4)
insomnio o hipersomnia casi cada día
(5)
agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día (observable por los
demás, no meras sensaciones de inquietud o de estar enlentecido)
(6)
fatiga o pérdida de energía casi cada día
(7)
sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados (que pueden ser
delirantes) casi cada día (no los simples autorreproches o culpabilidad por
estar enfermo)
(8)
disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión, casi cada
día (ya sea una atribución subjetiva o una observación ajena)
(9)
pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación
suicida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan
específico para suicidarse
B.
Los síntomas no son debidos a trastorno bipolar.-
Como subir el ánimo.
1. Aumenta tu nivel de actividad física para
inflar tu energía. Si estás sentado, levántate y camina o incluso salta energéticamente;
olvídate del ascensor y sube las escaleras; haz 10 o 20 sentadillas o si prefieres, algunos abdominales.
2. Sal a dar un paseo. La luz diurna, el sol
y el aire estimulan el cerebro y, como consecuencia, tu estado de ánimo mejora.
3. Actúa como si estuvieses feliz. Disimúlalo
hasta sentirte feliz de verdad. Los científicos aseguran de que incluso una
sonrisa forzada estimula tu estado de ánimo. Aparte de esto, cuando sonríes,
otras personas te percibirán mejor y te devolverán la sonrisa.
4. Aprende algo nuevo. Piensa en algo que te
interesa, algo sobre que te gustaría saber más cosas, y dedica 20 minutos a
leer sobre este tema en internet, indaga, explora.
5. Crea un entorno más sereno. El orden
exterior contribuye a mantener el orden interior, así que dedica un tiempo a
organizar tu escritorio, retirar de tu vista los objetos innecesarios, pon
orden a tu cocina o a tu armario.
6. Lleva
a cabo tus asuntos pendientes. Por más fastidioso que te parezca o por menos
ganas que tengas de hacerlo, pide la cita pendiente con el dentista, arregla el
grifo que tanto tiempo lleva goteando, o escribe y envía ese email de trabajo
que tanto te cuesta empezar. Seguramente, tachar esas tareas de tu listado de
cosas pendientes por hacer te llenará de euforia.
7. Comunícate
con tus amigos. Manda un email a ese amigo con quién llevas intentando tanto
tiempo quedar, llama y charla con alguien cercano. Tener vínculos cercanos con
la gente es la clave para ser feliz.
8. Haz
algo gratificante. Ayuda a tu vecina a subir las bolsas de la compra, haz un
regalo inesperado a tu amigo o pareja, pásale una información útil a tu
compañero de trabajo… No te imaginas lo bien que te sentirás después.
*Licda. Ángela Peña, psicóloga clínica.