Por Raúl Germán B*.
@PoliticasyPoder
Santo
Domingo.- Dos buenos amigos y colegas, Jeduar Reyes y Olmedo
Jáquez, permanentemente, me hablaban de una mujer que siempre estaba dispuesta
a respaldar todo proyecto emprendedor, que fuese a beneficiar a los residentes
en la provincia Santo Domingo, y del país.
Ella no solo era capaz de hacer las
gestiones pertinentes para que cada ciudadano pueda desarrollarse en
condiciones de equidad, sino que, al mismo tiempo, te brinda una amistad
sincera y sin interés.
Y de hecho, quien suscribe este
artículo, le tocó conversar con la senadora de la provincia Santo Domingo y
presidenta del Senado de la República, por el Partido de la Liberación
Dominicana (PLD).
Una mañana de febrero de 2016, Jeduar
Reyes nos llevó a la oficina legislativa de Cristina Lizardo, en el Senado, y,
desde que nos saludamos y nos invitó a sentarnos, percibimos su personalidad:
humilde, sencilla, sincera y agradable.
A pesar de su ajustada e intensa agenda,
Cristina Lizardo sacó tiempo para conversar sobre la realidad que vive el municipio
Santo Domingo Oeste, de dónde venimos, de la provincia y de todo el país.
Que la presidenta del Primer Poder del
Estado se siente a conversar, por casi una hora, con dos ciudadanos comunes y corrientes no es
un hecho cotidiano, en ninguna parte del mundo.
A mí me dejó un dulce sabor este
encuentro, porque conocí el lado más humano de la funcionaria electa con mayor
responsabilidades, en estos momentos, por dirigir el Senado.
A Cristina Lizardo le gusta tratar con
personas correctas y transparentes, y detesta, entre otras cosas, las mentiras
y falsedades.
Siempre te mira a los ojos y solo se
compromete con las cosas que son posibles, aún en tiempos de campaña.
Tiene un tono de voz agradable, capaz de
hacer cambiar de opinión hasta al más acérrimo de sus oponentes.
Ella practica la empatía, porque siempre
trata de colocarse en los zapatos del otro para, desde esa óptica entender cómo
piensa, cómo actúa y qué visión de las cosas tiene.
Cristina Lizardo es un vivo ejemplo de
valor, empeño y resistencia, ya que, hace un tiempo, tuvo que luchar y vencer
al monstruo del cáncer.
Nadie puede decir que Cristina le
prometió algo y luego se escondió o dejó de levantar el teléfono.
Y es que debe ser así para poder ser la
senadora de la provincia de la República Dominicana con más electores. El
ganarse el voto y el corazón de tantas personas no cae del cielo.
Sus obras legislativas están ahí a la
vista de todos; desde la creación de esta provincia ha sido quien más ha hecho,
desde su sillón de senadora, por Santo Domingo.
El sábado 5 de marzo, Cristina Lizardo
reunió en su comando de campaña a más cinco mil madres de la provincia Santo
Domingo para conmemorar el “Día Internacional de la Mujer”.
En este multitudinario acto tuvieron la
oportunidad de hablar algunas mujeres, y una dijo, con un tono de emotividad
único: “Yo padecía cáncer y lo vencí, gracias a la ayuda de Cristina Lizardo.
Mientras Cristina esté viva, ninguna mujer, por pobre que sea, morirá de cáncer”.
Estas palabras estremecieron el recinto, hubo un silencio momentáneo y, luego,
un aplauso, de pies, de todos los asistentes.
Y esto no se detuvo ahí, a la madre de
Cristina Lizardo grabó en un video y esto fue lo que dijo: “Verdaderamente,
Cristina es como si fuera mi madre, porque ella es mi soporte”.
En estas pocas líneas, quise plasmar cuál
es mi impresión sobre esa gran mujer, que llena de orgullo a toda la provincia
Santo Domingo. ¡Gracias por todo, Cristina Lizardo!”.
*Raúl
Germán Bautista, exprofesor Extraordinario en Perú,
periodista, escritor, corrector de estilo y experto en campañas 3.0 o de redes
sociales.