Por La Redacción
Santo Domingo.- Amigos, familiares y
relacionados con los presuntos asesinos del comunicador Claudio Nasco el pasado
viernes en una cabaña de la capital, expresaron sentirse atemorizados de que
sus parientes pudieran ser asesinados en la cárcel del 15 de azua si se les
traslada allí, como sentenció el pasado lunes el juez Alejandro Vargas en el
conocimiento de la medida de coerción.
“Decidieron enviarlos a la peor cárcel.
Claro que los familiares tememos por la vida de los tres jóvenes”, manifestó a
los periodistas Jocelin Ponciano, familiar de Manuel Estévez Ponciano
(Macuto).
Este lunes, el magistrado Vargas dictó a
Oscar Pérez (Yandel), de 18 años; Luis Manuel Estévez Ponciano, (Macuto y/o
Anderson), de 19; y Joel Rafael Miliano Rodríguez (Mateo), de 20, un año como
medida de coerción en la cárcel del 15 de Azua, por violación a los artículos
265, 266, 295 y 304 del Código Penal, que tipifica asociación de malhechores y
asesinato, además de violar la ley 36 sobre comercio, porte y tenencia de
armas.
Al hablar en rueda de prensa, los
allegados a los confesos criminales pidieron sea revocada la decisión que éstos
sean enviados a la cárcel del 15 de azua, y solicitaron sean trasladados a otro
centro penitenciario.
Negaron el informe oficial de la Policía
Nacional, según el cual los impetrantes amarraron con cinta adhesiva y soga al
desaparecido comunicador para posteriormente asesinarlo.
Agregaron a sus declaraciones a la
prensa que al iniciar la supuesta relación con Yandel, Claudio Nasco se
identificaba como "Rafael Gómez", y que éste le habría amenazado con
matarle, pues trabajaba con una persona poderosa vinculada a los medios de
comunicación.
Este jueves, el director del
Departamento de Crímenes y Delitos contra la Persona, el fiscal adjunto Dante
Castillo, solicitó a la familia de Nasco Cubas, aportar los elementos, donde informaron
que tienen para dar con el supuesto autor intelectual de su muerte.
Más temprano la Policía Nacional había
asegurado que no hay autor intelectual en el hecho de sangre y que se trató de
un hecho ocasionado por los tres apresados, quienes confesaron y narraron las
circunstancias en las cuales se produjo el crimen.