Por Juan Terrero Pérez
Santo
Domingo Oeste.- Todos los dominicanos recordarán aquel
21 de mayo de 2012, cuando Hipólito Mejía, excandidato presidencial del Partido
Revolucionario Dominicano, mantuvo en vilo al país, al negarse, originalmente,
aceptar el triunfo de Danilo Medina y el PLD, fue necesario “enfriar” al “guapo
de Gurabo”. Todos esperaban que Hipólito hablara.
Entre tarde y noche de ese día, Hipólito
Mejía habló para a regañadientes, aceptar su derrota, sin felicitar a Danilo
Medina; con una señal clara de que fue conminado aceptar que había perdido las
elecciones.
Todo el mundo, también, observó la
conducta que asumió el presidente de la Junta Central Electoral, quien,
incluso, se peleó con un reconocido presentador de noticias, que había
comenzado a emitir boletines a boca de urnas, que daban ganador al candidato
del PRD.
Recientemente, los miembros de la Junta
Central Electoral tuvieron que ser investigados por una comisión especial de la
Cámara de Diputados. Existe una disputa claramente establecida en el organismo
comicial.
Se dice que para no tomar medidas
disciplinarias con uno o varios de los jueces de la JCE, fue necesario hacer
arreglos que trajeron las conclusiones “de que todo está bien” en la Junta
Central Electoral. Sin embargo, se
observa claramente que el pleito sigue en la JCE, ya que todas las votaciones
que se realizan a lo interno del pleno, quedan tres a dos; pero además, después
de todos los escarceos y escándalos que se han producidos en torno a la JCE, el
pueblo dominicano, ya no confía en los actuales magistrados, para llevar a cabo
unas elecciones tan complicadas como las que tendrán que desarrollarse en mayo
de 2016.
Posterior a los “resabios” de Hipólito
Mejía, quien tardó en reconocer el “triunfo” de Danilo, el PRD-Hipólito,
encaminó denuncias a organismos internacionales, argumentando que había sido
objeto de un fraude electoral.
Como siempre, las denuncias de fraudes
en elecciones, se quedan sólo en denuncias y nada más.
Recordamos que entre las denuncias que
se enarbolaron durante el pasado proceso electoral, se denunció que los
observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA), desde que llegaron
a la República Dominicana, fueron obsequiados con fiestas y francachelas,
incluso, se dijo, que incluyó hasta hermosas chicas dominicanas para que los
señores observadores, disfrutaran de ellas y de esa forma quedaron obnubilados,
lo que le impidió observar con precisión todo lo que ocurrió antes, durante y
después de las votaciones de mayo del año pasado.
Una Junta Central Electoral con tantas
debilidades, no está en capacidad de organizar unos comicios libres y limpios.
Ya veremos.