Por La Redacción
Madrid (EFE).- La censura y el descenso
de estudiantes de humanidades son dos amenazas para el periodismo, en opinión
de la exdirectora del diario “The New York Times”, Jill Abramson, quien dio una
clase magistral en Madrid, en la que defendió el futuro de las historias bien
contadas, aunque sean largas.
La periodista y profesora en la
Universidad de Harvard fue invitada por la Facultad de Comunicación de la
Universidad de Navarra al encuentro anual “Conversaciones con...”, cuyo
objetivo es reflexionar y celebrar la misión del periodismo en la sociedad
democrática.
Abramson, la primera mujer que dirigió
la prestigiosa cabecera estadounidense -entre septiembre de 2011 y mayo de
2014-, aseguró, ante un auditorio repleto de jóvenes periodistas, que hay una
demanda creciente de buenas historias.
“La gente sigue leyendo historias largas,
siempre y cuando se las cuenten bien”, señaló.
En la era de twitter y sus 140 caracteres
como máximo, el público sigue sintiéndose cautivado por historias largas y
emotivas.
“No creo que la emoción sea enemiga de
la objetividad. La objetividad-explicó- consiste en acercarse a una historia
con mente abierta. Es un proceso riguroso de búsqueda de los hechos”, que no
está reñido con la emoción.
En su conferencia, titulada "La
importancia de la narrativa", Abramson indicó que hasta la publicidad
moderna ha descubierto el valor de las historias bien contadas.
La periodista alertó, no obstante, de
dos peligros que se ciernen, a su juicio, sobre este nuevo florecimiento de la
narrativa: la caída de los estudios de humanidades y la censura.
Abramson animó a todos los estudiantes a
profundizar en la lectura y las humanidades, porque van a desarrollar un placer
que podrán disfrutar toda su vida.
La periodista atribuyó el declive de las
humanidades en EE.UU. a las presiones económicas que sufren los estudiantes,
porque se ven en la necesidad de elegir carreras que les aseguren buenos
sueldos rápidamente con los que devolver las enormes deudas en las que caen.
“Es un error estudiar algo solo porque
aumente las posibilidades de encontrar empleo”, opinó.
Abramson, que se define como periodista
de investigación, denunció también la amenaza que representa la censura y citó
a uno de los padres fundadores de la nación americana, Thomas Jefferson, cuando
aseguró que es preferible un país sin gobierno, pero con periódicos, antes que
lo contrario.
Criticó que tanto la Administración del
presidente Barack Obama como la de George W. Bush han sido muy agresivas con quienes
han filtrado documentos, refiriéndose a los casos de Chelsea Manning y Edward
Snowden.
“Nunca como ahora había sido tan difícil
que los periodistas consiguieran información”, lamentó Abramson, quien también
se refirió a la censura que sufre su antiguo periódico en China.
El Gobierno chino bloqueó el acceso a la
página web del “Times” después de que publicara un reportaje en octubre de 2012
que revelaba la fortuna de 2.700 millones de dólares amasada por el exprimer
ministro Wen Jiabao y su familia.
La periodista recordó algunos de los
reportajes en los que ha participado en sus más de cuarenta años en la
profesión y habló de “Snowfall”, una historia premiada con un Pulitzer en 2013
y una de las que más la enorgullece de su etapa como directora en el periódico.
Abramson habló de esta pieza como
"interesantísima y que abrió caminos a la hora de hacer periodismo".
En su ponencia, la periodista no quiso
obviar el debate que vive el periodismo en los últimos años, donde la
supervivencia del papel se enfrenta con lo digital.
Dejó claro que "lo importante no es
si sobreviven los periódicos, sino si sobrevive el periodismo de calidad".
Abramson, que apareció en 2014 en la
lista Forbes de las cien mujeres más poderosas del mundo, concluyó dejando un
mensaje de esperanza: "Ninguna de estas preocupaciones merma mi optimismo
sobre la importancia de la narrativa".