Por Raúl Germán B.
@RaulGermanB
Santo
Domingo.- Deprime el saber que América Latina es una región
muy rica y que esta ganancia se queda en manos de un grupo pequeño.
Esta falta de equidad nos arrastra a
niveles alarmantes de delincuencia, mala educación, prostitución, resentimiento
social, entre otras cosas.
Los latinoamericanos nacen, crecen y
mueren sin esperanzas de ver cambiar sus estatus social y económico, ya que un
grupo se queda con todo, desde las ganancias mínimas de los empleados hasta los
montos millonarios que se ahorran por no pagar impuestos.
Ese es el debate mentiroso de siempre:
los ricos alegan que no tienen dinero para pagar mejores salarios, entonces el
gobierno aumenta los impuestos, pero no a los millonarios sino a los pobres y
clase media.
En los últimos 13 años las fortunas de
los multimillonarios, en América Latina,
aumentaron un 25% anual, en donde ninguna economía, por buena que fue, pasó de
un 7% de crecimiento.
Entonces, ¿cómo se justifica eso?, esto
sucede por la corrupción privada, que es la más grande y peligrosa de todas,
aunque nos hacen creer que es la pública.
El reto en la República Dominicana es
romper con esta mafia que tienen la mayoría de empresarios, que aún pagando 13
mil pesos mensuales, porque alegan que “esto está malo”, andan en yates de
lujos, viajando por el mundo y con los mejores autos que empresarios de la
región pueden exhibir.
Y hasta algunos políticos de ‘mala
muerte’ proponen una solución más inhumana: cancelar a miles y miles de pobres
empleados públicos para reducir gastos.
El presidente Danilo Medina debe
encargarse de que este país no sea tan desigual, personas que tienen
apartamentos de 3 millones de dólares y otras viviendo a la orilla del río.
Sabemos que es una tarea titánica, pero
con firmeza, reformas certeras y políticas públicas eficientes podremos llegar
a ser un país equilibrado, no tan desigual.