Prof. Sergio N. Valera U.
Santo Domingo Oeste.- El Tratado entre
República Dominicana y Haití, sobre Delimitación de la Frontera entre ambos países,
firmado el 21 de enero de 1929, buscaba solucionar un problema de 53 años,
llevado a cabo por acuerdos de las dos naciones.
En el caso de la República Dominicana,
dejando de lado la delimitación existente en el tratado de Aranjuez de 1777,
como expresión de buena voluntad en la búsqueda de dar solución a un hecho tan
relevante.
“POR CUANTO la República Dominicana y la
República de Haití, constituidas en Estados libres, soberanos e independientes,
comparten el territorio de la isla en donde se hallan establecidas;
POR CUANTO el pueblo dominicano y el
pueblo haitiano, que han dado, en el pasado, pruebas brillantes, gloriosas
inolvidables de solidaridad de su independencia, permanecen indisolublemente
ligados un a un mismo ideal de Paz, de Justicia y de Progreso, y deben unir sus
esfuerzos para este ideal noble y elevado;
POR CUANTO en consonancia con ese Ideal
la República de Haití deben poner término definitivo a las diferencias que las
han dividido en el pasado con motivo de la demarcación de la línea fronteriza
que separa sus respectivos territorios.
POR CUANTO a ese fin el Gobierno de la
República Dominicana y el Gobierno de la República de Haití han procedido al
estudio y a la consideración definida, desde el doble punto de vista jurídico e
histórico de aquella cuestión, y teniendo en cuenta los intereses recíprocos,
equidad y las necesidades locales de uno y de otro pueblo, han llegado a
establecer cuál es la línea que separa los territorios respectivos de las dos
República;
POR CUANTO para su existencia legal y
como único vínculo jurídico que ha de unir a la República Dominicana y a la
República de Haití en lo tocante a sus fronteras, esa línea debe ser descrita
en un Tratado y el trazado de ella debe ser llevado a cabo sobre el terreno.”
A lo largo de trescientos ochenta y seis
(386) kilómetros, se colocaron trescientas once pirámides, en la cara Este de
cada una la inscripción RD (Rep, Dominicana) y en la cara Oeste, Rep. de Haití.
La República Dominicana, a partir del año 1929, tiene un área de 48,442.23 Km2,
con 1,576 Km. de costa, de Cabo Beata a Cabo Isabela tiene un ancho de 265 Km y
de Las Lajas a Cabo Engaño un largo de 390 Km. Su posición astronómica
determinada por el meridiano Greenwich es de 68ª - 19'y 72ª-31' longitud oeste
y 17º 36' y 19º 56' latitud norte. Ubicada en el Trópico de Cáncer al norte del
Ecuador. Correspondiéndole 12 millas náuticas equivalentes a 22 Km.
Para proteger nuestro estado de derecho,
firmamos con Haití en el 1939 el Modus Operandi entre las dos naciones.
Este convenio, firmado el 21 de
noviembre de 1939, dispuso el cierre de la frontera, tanto a dominicanos como a
haitianos que no poseyeran una carta de identificación, un permiso de admisión
y un certificado policial.
Quedó establecido que un nacional de
cualquiera de los dos Estados que penetrara en el otro de manera irregular y
lograra escaparse antes o después de haber sido apresado por la policía, no
podía ser provisto de documentación por las autoridades del país al que
pertenecía.
Igualmente disponía que el Estado que
repatriara a un individuo, estaba comprometido a garantizar la protección de
los bienes y la integridad del deportado hasta el lugar de su salida.
La frontera queda marcada con 311
pirámides de hormigón a lo largo de 386 kilómetros, pero no se produce el
anhelado ajuste fronterizo, porque los haitianos continúan violando la línea
divisoria.
Se construyen escuelas, iglesias,
hospitales, carreteras, canales de riego y parques. La frontera es repoblada
con dominicanos a los que entregan tierras en diversas colonias agrícolas. Así
comienzan a revivir poblados apartados.
Son creadas nuevas provincias y se
levantan pueblos a lo largo de la línea divisoria, salvaguardándolos con
instalaciones militares, encargadas de impedir la penetración haitiana que, no
obstante, ha seguido produciéndose a través de los años hasta nuestros días, en
cantidades muy difíciles de determinar.
Setenta y siete (77) años han
transcurrido, para prestar la atención debida, a una situación que cada vez es
más difícil de sostener. Sus miserias, su falta de carácter y su falta de
determinación, no nos convierten en victimarios. Que resuelvan sus problemas
allá, porque no vamos a permitir, que Canadá, España, Francia, Inglaterra,
Alemania, Holanda y los Estados Unidos, nos quieran echar un muerto, asesinado
por ellos.
Dios, patria y libertad, ¡¡¡¡¡viva la
República dominicana!!!!!
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