Por Juan Francisco Campusano
Local del PRD. |
Santo
Domingo Oeste.- En México y otros países de Latinoamérica cuando se habla de “Anatomía de un Secuestro” se refiere a la
Pieza Teatral de Jesús Mena, que cuenta
la vida de una familia, cuyo padre se vio sin trabajo en un momento
determinado, situación que de alguna manera influyó en su hijo, Pepe, para
sumergirse en el mundo de las bandas y la delincuencia, pero, sobre todo, el
secuestro.
En República Dominicana, sin
embargo este nombre hace referencia
al intento de secuestro de toda una
familia por parte de su principal representante legal, que se atribuye así
mismo todo el derecho de disponer a su antojo sobre el presente y porvenir de
una numerosa familia, cuyo surgimiento se remonta al 21 de enero de 1939 en la
Villa del Cano, próximo a la Habana Cuba.
El presidente de la Gran Familia cuyas
siglas la identifican como PRD, por una razón que, a diferencia de Pepe, que
fue empujado a la vida del secuestro por razones sociales, este actúa sin nadie poder identificar el
origen exacto de su pasión por el secuestro y, sobre todo, su singular manera
de solicitar rescate para dejar en libertad toda una familia.
Llegar al punto de solicitar como medida
de salvación a la crisis interna que vive el Partido Revolucionario Dominicano,
la candidatura presidencial y una repartición del pastel, cual si fuese el PRD
un trozo de carne o una compañía por acciones, con la salvedad, en todo caso,
el obtendría una cuota de cargos equivalente a ser el líder principal del partido,
condición esta, la de líder, que no alcanzó ni siquiera cuando manejaba todas
las estructuras del partido.
Expulsar al único presidente de la
república vivo de ese partido, y suspender a sus principales autoridades electas, sustituir casi la totalidad de la matrícula
del principal organismo de dirección de ese Partido, utilizar los fondos institucionales
para agenciarse simpatías, construir una
verja perimetral que da la impresión de
que el local del PRD se ha convertido en una fortaleza, negarse a la mediación
de las autoridades eclesiástica, y un sinfín de medidas más, dan la impresión
de que es la esquizofrenia, la razón de
esta obstinación por mantener secuestrado el PRD. Pero no, no es locura, más
bien parece un plan sacado de un capítulo de la serie de televisión norteamericana ‘Ley & Orden’.
La frase favorita del “Pepe” de esta
historia es: “Institucionalidad”, sin embargo habría que preguntarse si
pretender agenciarse los cargos de manera abrupta y sin la debida competencia
que sugiere todo proceso democrático,
así como la pretensión de ostentar la candidatura presidencial del 2016, en
desmedro de cualquier dirigente que pretenda legítimamente aspirar a esta
posición, pudiera verse como una acción
institucionalista de parte del Presidente Institucional del PRD?
Lo cierto es, que es toda una comedia
dramática lo que se vive dentro del
Partido Revolucionario Dominicano, más aún en su Presidencia, donde las
acciones a veces parecen un juego por la simpleza de origen o lo risible de
propósito,
Pero… algún día, ahorcarán Blancos y los
Secuestradores serán Juzgados.
*Juan Francisco Campusano es un analista
político de ‘Santo Domingo Oeste Informa’.