Por Juan Bolívar Díaz
Santo
Domingo.- Tal como indican las encuestas de opinión, si no es
con el presidente Danilo Medina sería bien difícil evitar que Leonel Fernández
vuelva a encabezar la candidatura presidencial de su Partido de la Liberación
Dominicana (PLD) y con posibilidades de retornar al poder, dada la división y
el desconcierto de la oposición.
Con la presidencia del partido
gobernante y de su fundación Global, el control personal de múltiples
instituciones estatales, la mitad de los legisladores y alcaldes peledístas y
un amplio aparato comunicacional y con los multimillonarios de su partido
promoviéndolo, Fernández saca amplia ventaja a sus competidores internos.
El
éxito del presidente.-
Con las encuestas marcándole una
aprobación sobre el 80 por ciento, acercándose
a la mitad de su período gubernamental, es convicción generalizada que si pudiera repostularse, nadie le podría
disputar la candidatura presidencial y casi seguramente otros cuatro años de
gobierno al presidente Danilo Medina.
Como quien no quiere la cosa, el astuto
político sanjuanero ha logrado crearse una imagen política y personal bien
distante de la aparatosidad caudillista y providencialista y del derroche y la
corrupción que caracterizaron los últimos ocho años de Leonel Fernández en el
poder. Reconocido por los más críticos de Fernández, dentro y fuera del PLD,
Medina se ha beneficiado también del desconcierto que afecta a la oposición
política, lo que deja a la ciudadanía sin ilusión alternativa.
Como consecuencia, el mandatario ha
venido afianzando un liderazgo alternativo entre los peledeístas, como quedó
manifiesto a principio de año con la elección de nuevos miembros de su Comité
Central, e indicios como las encuestas generan la convicción de que sería una
aventura volver a la figura cuya negación es causa eficiente de la popularidad
danilista. Cada día es más caliente la discusión entre estrategas, dirigentes y
militantes peledeístas, incluso en los medios de comunicación.
El
problema de Danilo.-
Pronto comenzarán a llevarle la cuenta
como ocurrió con el expresidente Hipólito Mejía (2000-04), pero ya son varias
las ocasiones en que el presidente Medina, afirma categóricamente que no está
pensando en la recurrencia histórica de la reelección, la última vez el fin de
semana pasado en ocasión de su visita al Papa Francisco, Y lo han dicho también su vocero oficial
Roberto Rodríguez Marchena, el presidente del Senado Reinaldo Pared, y
danilistas como el vicepresidente administrador de la corporación eléctrica
estatal, Rubén Bichara. Pocos reivindican
abiertamente la repostulación, aunque cada día crece el susurro.
Medina actúa con responsabilidad y
astucia, porque sabe que si abre esa opción, de inmediato empieza a reducirse
su popularidad al perder la unanimidad de aprobación de sus propios
partidarios, porque una parte considerable le debe lealtad a Leonel, y mucho
más en la oposición, y hasta entre independientes que no favorecen la
manipulación de la Constitución por los intereses coyunturales.
El mandatario, como muchos de sus más
fieles, está consciente de su actual fortaleza, pero también de las
dificultades y el costo político de abrir una campaña reeleccionista que
limitaría la gestión gubernamental y las posibilidades de ampliar los ingresos
fiscales que, como dijo del mandatario hace poco, dejan al gobierno con escaso
margen más allá de pago de la deuda (48 de cada 100 pesos), gastos fijos y
subsidios. Sólo 5 por ciento invertido en el primer cuatrimestre de este año.
Restaurar la reelección requeriría un
costo elevado: dos tercios de los votos de los legisladores, que no suman todos
los peledeístas y sus aliados, lo que conllevaría “conquistas” entre los 75
diputados del PRD, mancharía la gestión y afectaría la aprobación que tiene el
presidente. Habría que esperar y retardar la elección del candidato que sería
en mayo próximo, pues la campaña comenzó demasiado temprano y los leonelistas,
empujados por los negociantes multimillonarios, avanzan tocando puertas y
reclamando lealtad. Podría dispararse la confrontación interna en términos
incalculables si Fernández mantiene su
firme expectativa de regreso al poder.
¿Que
si ruge el león?.-
Para saber si el doctor Leonel Fernández
tiene fuertes expectativas de retorno al poder debe analizarse todo lo que ha
hecho desde el período de transición en el 2012 cuando repartió todo lo que
pudo del Estado y gastó en exceso y acumuló como capital político-económico. Y
luego sólo hay que revisar dos artículos
y un discurso parabólicos emitidos el 10 de febrero y 10 de marzo en el Listín
Diario y el 18 de mayo ante cientos de jóvenes que constituían un movimiento
para apoyar su retorno al poder.
Fernández expuso con toda franqueza su
concepción mesiánica del liderazgo, fundándolo en su labor de reparto de
puestos y sobrecitos que se agradecen, trayendo a Moisés al siglo 21 para
resaltar su condición de escogido del Señor para liberar a su pueblo,
resaltando las ingratitudes de que fue objeto y concluyendo en que sólo lo
sucedió el más leal de sus discípulos. Y en el discurso planteó que todo
liderazgo tiene un ciclo, cuya sucesión requiere de paciencia y que la antorcha
no se puede arrebatar, porque puede quemarse quien lo intente.
Ya en mayo del año pasado, antes del
primer año del actual gobierno, el presidente del PLD anunciaba que el león
volvía a rugir en las calles. Al comenzar este 2014, ya se anunciaba la
constitución de comisiones de trabajo para promover su reelección, incluyendo a
16 de los 31 senadores peledeístas. Pese al empuje de Danilo, Leonel afianza su
liderazgo en la lealtad de los beneficiarios de su inmenso reparto de 12 años
que se le sigue debiendo porque su sucesor no lo ha modificado, en la enorme
prosperidad de la dirigencia y parte de la militancia peledeísta, en los dos
millones de tarjetas de subsidios y en los multimillonarios que constituyen su
alcancía política.
Por demás aunque Leonel tiene una alta
tasa de rechazo, el análisis de las
encuestas muestra altas probabilidades no sólo de ganar la candidatura sino
también los comicios del 2016. En las últimas cuatro Gallup-HOY está afectado
porque los peledeístas obviamente se sentirían más seguros ahora con Danilo,
pero está en ascenso: del 11 al 18 por ciento en el universo, y del 16 al 26
por ciento de los partidarios. En la Penn/Schoen, que excluye a Danilo, gana
frente a los tres perredeístas con más posibilidades. En una del Centro
Económico del Cibao, auspiciada por Abinader, empata con éste y le gana a Mejía
y a Miguel Vargas.
La
Convergencia amenaza.-
Debe tomarse en cuenta que Leonel saca
ventaja con el desconcierto de la oposición y el cansancio de las luchas
internas de los perredeístas, pero podría convertirse en un blanco perfecto
para agitar y viabilizar un frente electoral alternativo partiendo de los
sectores mayoritarios del PRD si logran reunir a un muy disperso conjunto de
partidos y grupos emergentes, organizaciones sociales y sectores independientes
donde su gestión generó fuertes rechazos.
Con Danilo sería más difícil armar la
“Convergencia por un Mejor País” en discusión, pero la posibilidad de que
Leonel vuelva la incentiva y le suma apoyo hasta de importantes sectores
económicos que temen el retorno del líder peledeísta, no solo por la crisis
fiscal con que terminó, amenazando la sostenibilidad económica, sino también
porque no sabe gobernar sin burlarse del presupuesto, pues acumuló déficit
sobre 400 mil millones de pesos en sus últimos cinco años de gestión.
El antileonelismo se nutre también de los
temores por el poder que logró acumular el líder peledeísta, vistos como una
progresiva amenaza a la institucionalidad democrática y hasta al clima de
negocios. Hay quienes creen que si después de la forma en que concluyó su
gestión, Fernández se siente revaluado, no habría razón para esperar
importantes cambios en sus políticas económicas, institucionales y sociales.
Aunque deberían contar con las extraordinarias habilidades y capacidades del
líder peledeísta para interpretar el sentimiento de las masas y de los sectores
tradicionales de poder.
Algunos danilistas cuentan con la
conformación de ‘La Convergencia’, sobre todo si llevara un candidato novedoso,
por el impacto que tendría entre los peledeístas, que podrían generar un
movimiento por temor a perder el poder, viabilizando así las posibilidades de
repostular al presidente. Un escribidor del poder ha insinuado que en un
escenario desfavorable hasta el mismo Leonel podría facilitar la repostulación
del presidente Medina.
Pero esa ‘Convergencia’ no es una tarea
fácil que se vea al doblar de la esquina, y precisaría tiempo y claras
definiciones, mientras Leonel Fernández sigue ganando terreno y se acerca el
tiempo de escoger candidatura. Es imponderable el nivel de fractura que las
progresivas contradicciones internas pueden generar en el peledeísmo que hasta
ahora ha exhibido una vocación por mantener el consenso grupal y el poder.-