*Por Raúl Germán. B.
@raulredaccion @politicasypoder
Manoguayabo.-
Fue en el curso “Opinión Pública” donde desmenuzamos los conceptos “manipulación”,
“convencimiento”, “propaganda”, “persuasión”, “censura” y “autocensura”.
¿Por qué traigo esto hoy?, porque varios
acontecimientos de este año me han puesto a pensar de cómo el afán desmedido de
algunos por el dinero, el poder y la fama los están llevando a cometer estos
atentados.
Primero, tenemos personeros que
escudados en labores comunitarias, sociales, culturales y demás, le salen al
frente, a cualquier periodista, ya sea profesional o no, a comunicadores o
alguien de la comunidad que exprese una idea contraria a sus “actividades sin
fines de lucro”, que debe ser patrimonio de la comunidad y no de una persona…o
varias, y usan cualquier recurso, por bajo que sea.
Están los “pichones de dictadores”, que
usan la política como una forma de escala social y hasta económica; de esos,
los ataques son de todas formas, te salen al ruedo a discutir por las redes (en
público o privado), sacan a quién sea de sus proyectos, si no se arrastran
hasta el peor nivel de degradación moral; y si son cuestionados por algo o
alguien, utilizan los recursos para tratar de aplastar o avasallar.
¡Anja, así es la cosa, líderes locales!,
no hay espacio para la tolerancia, no hay cabida para la reflexión, no se puede
pensar aquí, nadie puede expresar su punto de vista; decir las cosas, aún esté yo equivocado, que estime
son reales o correctas.
Y en esto, como es obvio, por cómo va la
sociedad criolla, aparecen los “líderes de opinión” que olvidan su función
social, su responsabilidad, la ética que empuja a un profesional de la
comunicación, sea un improvisado o no, sea un empírico o no, que no buscan la
verdad de las cosas, lo correcto, la razón, la solidaridad con el “colega”, no con
el que pague más, el que mantenga su medio (y no decimos que asumas problemas
de otros).
Y para saber quién o quiénes son, solo
basta con ver fotos, muros y escritos, justificando las peores atrocidades en
contra de la libertad de prensa y de expresión.
En la mañana son críticos acérrimos de
ciertos sectores, y en la tarde, por dádivas, son los más grandes promotores; a
unos los ven como ratas y a otros, así sean ratas, también, los canonizan…
Y no es que no seamos políticos o
tengamos posturas, en un comentario, en un chat o dónde sea, pero las cosas que
publicamos, como periodistas, y no como ciudadanos o profesionales deben de
regirse por una ética. Que tu medio y tus redes sociales reflejen tus aportes.
Esta situación manda un mensaje muy mal
a esta sociedad, a este municipio, pujante y progresista; esta gente, los vecinos
de aquí no merecen este espectáculo de mal gusto.
Y me despido, aún sabiendo que este
escrito me acarreará enemistades y alejamientos de algunos, citando a Santiago
4:14: “Sin embargo, no sabéis cómo será vuestra vida mañana. Sólo sois un vapor
que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece”.
*Raúl Germán Bautista es profesor
Extraordinario Internacional, investigador en comunicación, investigador en
periodismo, ensayista, escritor, asesor en comunicación y política y, lo más importante, un hombre temeroso de
Dios.