
Nueva York (AP).- Por su aspecto frágil,
Pedro Martínez se encontró con muchas dudas de que algún día brillaría en las
Grandes Ligas.
Esa desconfianza sobre su habilidad
acabó convirtiéndose en la “llama” que motivó su ferocidad en el montículo,
llevándole a convertirse el martes en el segundo pelotero dominicano que es
elegido el Salón de la Fama.
Martínez evocó sus primeros pasos en el
béisbol profesional, refiriéndose en particular a