Por
La Redacción
Houston (EE.UU.), 21 mar (EFE).- La
tercera edición del Clásico Mundial de Béisbol ya forma parte de la historia
con dos equipos caribeños, República Dominicana y Puerto Rico, que inscribieron
sus nombres al protagonizar la primera final latinoamericana. El triunfo
deportivo fue para la República Dominicana, que demostró, sin discusión, ser el
mejor equipo, el que más clase tuvo en el campo, y por eso concluyó el torneo
sin conocer la derrota en los ocho partidos que disputó, algo que nunca se
había conseguido en las dos ediciones anteriores, que ganó Japón.
Tampoco
el béisbol caribeño y latinoamericano había tenido la oportunidad de
protagonizar una final exclusiva, aunque Cuba ya estuvo en la del 2006 y la
perdió.
Los
fanáticos que, a través de todo el mundo, por primera vez pudieron votar para
decidir al equipo de las estrellas del torneo, eligieron junto a los
periodistas que cubrieron el torneo, a cinco peloteros de Dominicana, a tres de
Puerto Rico y cuatro del resto de los otros 14 equipos participantes.
El
segunda base Robinson Canó (.469, 2 HR, 6 CI, 25 total de bases), que ganó el
premio de Jugador Más Valioso (MVP) del torneo, también fue el pelotero que
recibió más votos para el ‘Equipo de Todas las Estrellas del III Clásico
Mundial’.
Junto
a Canó le acompañaron, el primera base Edwin Encarnación (.250, 6 CI), el
campocorto José Reyes (.314, 1 HR, 3 CI, 7 CA), el jardinero derecho Nelson
Cruz (.303, 6 CI) y el cerrador Fernando Rodney (7 1/3 entradas, 0 CA, 7
salvamentos).
Mientras
que Puerto Rico tuvo elegidos al receptor Yadier Molina (.259, 1 RB), el
jardinero central Ángel Pagán (.364, 2 RB, .447 de embasado) y el lanzador
derecho Nelson Figueroa (2-0, 1.80 ERA).
El
resto del equipo quedó formado por el tercera base de Estados Unidos, David
Wright (.438, 1 HR, 10 CI); el jardinero izquierdo de Canadá, Michael Saunders
(.727, 1 HR, 7 CI); el bateador designado de Japón, Hirokazu Ibata (.556, 4 CI,
6 CA) y su compañero, el abridor Kenta Maeda (15 Entradas, 1 CA, 0.60 ERA, 18
ponches).
Pero
aunque estos fueron los jugadores más destacados, el gran éxito del torneo fue
que todos los peloteros y equipos aportaron un alto nivel en su juego y en la
competición, lo que hizo que la idea que surgió como un experimento en el 2006
de disputar un Clásico Mundial de Béisbol, en tan sólo tres ediciones se ha
convertido en parte integral del deporte de la pelota a nivel internacional.
El
comisionado de las Grandes Ligas, Bud Selig, fue categórico cuando dijo en
Phoenix, donde Estados Unidos jugó la primera ronda con el Grupo C, que el
Clásico Mundial había llegado para ser cada vez mejor y "necesario".
El
mensaje de Selig fue muy claro de apoyo completo a la celebración del Clásico
Mundial de Béisbol, y lo hizo con datos objetivos del éxito de asistencia de
espectadores y la audiencia de televisión en Japón y luego en Estados Unidos.
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