Inoportunas, prepotentes e inaceptables

Por Francisco Luciano*

Santo Domingo Oeste.- Al parecer los ejecutivos de la Barrick Gold, no entendieron el mensaje, fuerte y claro, que le enviara en nombre del pueblo dominicano, Danilo Medina presidente constitucional de la nación el pasado 27 de febrero.

Asertivo como suele ser, el presidente expresó nuestro interés en mantener la sociedad con la empresa minera, al tiempo que le reconoció calidad y responsabilidad social a su trabajo.

Claro como el agua cristalina, puso sobre la mesa los esfuerzos realizados durante los últimos seis meses para alcanzar un entendimiento amigable con la Barrick, en el entendido de que entre socios no puede haber otro trato que no sea el de la equidad y la reciprocidad, estableciendo que cuando la empresa se queda con el 97% y el estado con el 3% la relación no es sana y por lo tanto resulta inaceptable.

Con toda responsabilidad develó su posición de rechazo rotundo a la insolente e inmoral propuesta de los ejecutivos de la empresa canadiense, quienes le ofertaron el adelanto de ingresos que comprometerían a la gestión gubernamental que habrá de sucederle.

El presidente Medina sin altanería, pero con la energía que otorga la razón, conminó a la Barrick Gold a sentarse en la mesa de la negociación, reciprocando el acto de comprensión que el estado dominicano tuvo con ella al aceptar de buena fe, flexibilizar las condiciones originales del contrato, cuando el precio del oro no resultaba tan atractivo como ahora y en consecuencia la empresa resultaba con desventajas.

Al expresar su disposición de encaminar una iniciativa de ley que grave los ingresos no previstos o de carácter extraordinarios en la minería, en caso de que la Barrick se aferre al contrato, el presidente Medina recogió el sentimiento absolutamente mayoritario de un pueblo que padece de grandes limitaciones y mucha pobreza, mientras su principal recurso no renovable es absorbido por la gula del capital extranjero, que ha llegado a creerse que el servilismo de algunos nos representa a todos.

Las más recientes declaraciones de la empresa, expresadas por el señor Jorge Esteva gerente de comunicaciones, estableciendo que: la revisión del contrato , "no está sobre la mesa" y amenazando con "tener la esperanza de que estén considerando las consecuencias" ante el anuncio del presidente de que someterá un impuesto a las ganancias inesperadas a los recursos mineros, resultan inoportunas, prepotentes e inaceptables en el marco de una negociación, donde el Estado Dominicano y la Barrick Gold son socios y el Estado es el dueño del principal recurso en la relación: el oro.

Estas desafortunadas e inoportunas declaraciones constituyen una provocación que pueden precipitar un desenlace de la cólera popular, no deseado, frente a dicha empresa, pues muchas veces lo que provoca la ira que desata un pleito de consecuencias extremas, no es tanto que te den una pecosa o que te engañen, sino que después que te den o te engañen, te relajen.

Insistimos en que lo que más conviene a las partes es sentarse y llegar a un entendimiento que garantice una relación de reciprocidad donde ambos ganen.

Alegar que existe un contrato y presentar su inevitable modificación como una amenaza a la seguridad jurídica y al clima de inversiones en el país, es un miserable argumento, pues no fue así cuando el mismo se reviso para beneficiar a la empresa ante una situación que le colocaba en desventaja, de manera que tanto los alegatos de Barrick, como los de sus corifeos agrupados en el CONEP, no tienen asidero.

Si finalmente, el desenlace a la presente situación trajera como resultado lo no deseado, tenemos que tomar en cuenta, que más que cualquier tratado, pacto o acuerdo, está el interés del pueblo dominicano, su derecho a la soberanía y a la autodeterminación.

¡Que nadie se equivoque con el indómito pueblo dominicano!, pues en peores circunstancias, ha demostrado determinación para hacer valer su derecho a “ser libre de toda potencia extranjera”, sin importar el precio o las consecuencias.

*El autor es catedrático universitario y dirigente del PTD.