Por Martha Castro Arias*
Martha Castro. |
Le respondí que eso significaba que ya
desde la primera vez no lo estaba tolerando; simplemente estaba acumulando
combustible para la explosión final.
La tolerancia no se puede cuantificar,
porque es una cualidad como todas las demás virtudes. Como el verde de las
hojas o el azul del cielo, es algo que simplemente es.
No cambia de un día para otro ni tampoco
se agota. La tolerancia te ayuda a descubrir todo tu potencial espiritual y a
dirigirlo con más eficiencia.
La tolerancia depende de otras dos
cualidades: la comprensión y el amor. Cuando comprendas que todos estamos aquí
desempeñando nuestros papeles respectivos y que cada uno tiene derecho a ser
como es, podrás tolerar el comportamiento de cualquier individuo, por más
provocativo que sea.
Si alguien se equivoca y no hace nada
para cambiar esta actitud, lo único que puedes hacer por esa persona es tener
humanidad. Si intenta subsanar el error, entonces debes respetarle. La
tolerancia es el amor que oscila entre misericordia y respeto.
Reflexión
sobre la flexibilidad.-
La flexibilidad es la belleza de un niño,
cuyos huesos no se han endurecido aún y cuyo cuerpo todavía no ha comenzado a
almacenar los efectos y tensiones de la vida. En su cuerpo hay suavidad,
rapidez y alegría.
La flexibilidad en un adulto no se
refiere a la flexibilidad física, sino a la sutileza del pensamiento, en el
cual hay una atención tal que no se almacena ni se guarda el dolor.
Extraído del libro “La paz comienza
contigo”.
*Martha Castro Arias es psicóloga
clínica.
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