Por Martha Castro Arias
Santo
Domingo.- No es más que el juicio subjetivo del grado en que
se ha alcanzado la felicidad, la satisfacción o un sentimiento de bienestar
personal.
Se encuentra estrechamente vinculado a
determinado indicadores objetivos (biológicos, psicológicos, conductuales y
sociales).
Entre estas condiciones externas objetivas tienen un lugar variable socio-demográficas (ingresos, edad,
sexo, nivel educativo estatus de empleo, estatus marital y familiar) variables
comportamentales; variables sociables (disponibilidad accesibilidad y calidad
de los servicios educativos, comercial,
de transporte de salud etcétera y que existan en la oferta de la
comunidad para la persona componentes como tipo de vivienda, confort y
elementos sanitarios, seguridad de ocupación, costo de alojamientos, entre
otros.
La calidad de vida de las personas
enfermas es un concepto multidimensional compuesto al menos por los cinco
dominios siguientes: 1) estatus funcional, referidos a las capacidades que son
comunes y usuales para la mayoría de las personas.
Martha Castro. |
Las cuatro categorías que se incluyen
comúnmente son; autocuidado, movilidad, actividades físicas y actividades de
rol; 2) síntomas físicos relacionados con la enfermedad y relacionados con el
tratamiento, de lo que los mismos enfermos informan; 3) funcionamientos
psicológicos, malestar psicológico, sobre todo la ansiada y depresión; 4) funcionamiento
social.
El trastorno de las actividades sociales
normales es bastante común en los enfermos crónicos; 5) evaluación global: dado
que la calidad de vida es más que la suma de sus partes componentes, es útil
incluir una evaluación global como suplemento de la medidas más específicas.
Para lograr esta calidad de vida, solo
necesitamos ayuda gubernamental cargada de una dosis fuerte de disponibilidad.
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