Por Estieny Martínez
Santo Domingo.- Los seres humanos somos
muy dados a acostumbrarnos rápido a lo bueno, mucho más cuando es algo que
escasea.
En el caso de la política, es mucho más razonable la situación que se
está dando en República Dominicana, ya que el presidente Danilo Medina cuenta con
una valoración cercana al 90% a dos años de su mandato y la mayoría de la gente
está de acuerdo que se modifique la Constitución para que pueda optar por una
nueva candidatura en el 2016.
Como es natural, donde quiera que hay
intereses particulares habrá mucha resistencia y diferencias. En este caso, el
tema es que mucha gente se opone, pero no tiene calidad moral, porque en el
pasado hicieron lo mismo con la abismal diferencia de que no era pensando en
beneficio de las mayorías.
Danilo tiene una enorme responsabilidad
sobre los hombros, y yo diría mayor que la que encontró al asumir el Estado en
agosto del 2012. A pesar de todos los logros positivos que puede exhibir el
presidente, las sociedades a medida que van avanzando se van convirtiendo en
más exigentes.
Ahora el tema no es solo que lo ha hecho
bien, quizás como ningún otro en la historia democrática del país, ahora es que
tiene en sus manos la oportunidad de decidir quién será el próximo presidente
de la República, si el decidiera no presentarse y aquí se plantea un tema
apasionante.
Tiene la disyuntiva de permitir que
regrese el expresidente Leonel Fernández y su equipo al Gobierno, a sabiendas
de que su visión de gobierno fue diametralmente opuesta a lo que Danilo ha
profesado y realizado en su obra, un equipo que aunque queramos “maquillarlo”
no soporta al danilismo, aunque por intereses nacionales logran ponerse de
acuerdo y coexistir de manera civilizada dentro del PLD y conquistar objetivos
electorales para transformar el país de manera positiva que al final debe ser
el objetivo de toda organización política.
La otra opción sería apostar por un
candidato nuevo (Reinaldo), que permita continuar con su obra de gobierno y que
quisiera seguir e imitar un legado positivo implantado por el presidente Medina.
Muchos dicen que eso sería dividir el
PLD, cosa que no comparto, porque creo en la alternabilidad y movilidad de las
sociedades, debemos fortalecer las instituciones y crear conciencia ciudadana,
ciudadanía, no formar caudillos que quieran perpetuarse en los puestos, para
que no ocurra lo que ocurrió con el PRSC, luego de la muerte de Joaquín
Balaguer.
La historia ha colocado al presidente
Medina en un situación crucial en el porvenir de nuestra nación, los hombres
grandes enfrentan situaciones grandes, tal cual Leónidas y sus Espartanos en la
batalla de las Termopilas, Gregorio Luperón en la Restauración y muchos otros
grandes héroes de la humanidad.
El Presidente tiene en sus manos la
opción entre permitir retrotraernos o seguir por el camino correcto, una
decisión errada suya puede tirar por la borda todo el esfuerzo realizado por él
y por el que el pueblo dominicano tanto ha luchado.
Presidente, con la mayor de las
admiraciones y el debido respeto le exhorto que continúe poniendo los oídos en
el corazón del pueblo, las encuestas son muy claras y están rechazando un
modelo de gobierno desfasado, un estilo
narcisista, quieren otra cosa y en sus manos está el porvenir de millones de
hombres y mujeres que confiamos en usted y seguiremos a su lado aun cuando su
presencia física no esté, porque sus ideas y legados ya se han convertido en un
ejemplo a seguir y eso al final es lo que realmente importa.
¡Siga como hasta ahora, no nos falle,
presidente!