Por: Andrés Travieso
Andrés Travieso. |
Santo
Domingo Oeste.- Once días después de las elecciones del
año pasado escribí, y guardé en mis archivos, la siguiente reflexión (guárdela
en sus archivos hasta el 2016). Veámosla:
“Masticando sueños/voy para atrás como
el cangrejo/¿Cómo se entierran amores que no paran de respirar?” Iván Noble.
Recién terminamos una larga jornada
política-electoral en la que los partidos políticos PLD y PRD nos saturaron
hasta los tuétanos.
El lunes 21 de mayo entonamos cánticos de
alegría, porque había terminado la lucha entre los blancos y los morados, sin
que ocurrieran hechos que alteren la salud y la paz de la Nación.
Pero el partido vencido en el torneo
electoral, tres días después de las elecciones nos sumergió en las turbias aguas
de sus acostumbradas divisiones.
Y todo empezó cuando el señor Hipólito
Mejía, otrora candidato presidencial, se autoproclamó “el líder de la
oposición”, y los constantes reclamos de la expulsión del presidente de ese
partido, señor Miguel Vargas, de parte de dirigentes medios y altos del Partido
Revolucionario Dominicano. Y como es de esperarse, la defensa de Miguel ha sido
contundente.
La prudencia, con su voz dulce y
elocuente, de seguro, les ha susurrado a los principales dirigentes de esa
organización de que ahora es tiempo de reflexiones profundas, análisis
equilibrados y autocriticas sinceras.
Tiempo de preguntarse, ¿Qué errores cometimos
en la campaña?, ¿A quiénes ofendimos?, ¿Cuáles compañeros menospreciamos?,
¿Cuáles estrategias no funcionaron?, ¿Qué compañero necesita el abrazo de la
unión y la fraternidad? y ¿Qué vamos a hacer a partir de esta derrota
electoral?
Los perredeístas deberían persuadirse
que es el tiempo de la reconciliación. Tiempo de inclusión. Tiempo de trabajar
con “lo mejor de lo viejo y lo mejor de lo nuevo”.
En estos días post-electorales el país
estará con los ojos puestos en el PRD para presenciar con qué actitud maneja su
crisis interna. Si con la actitud del cangrejo la de caminar hacia atrás y
repetir los errores del pasado: las expulsiones y aniquilamientos de líderes. O
si, empero, actúa como el águila renovando sus alas y su pico, ampliando su
visión y permitiendo que la unidad reine en el partido de Peña. De aquel Peña
Gómez que convenció a millones de dominicanos de que el PRD era el partido de
la “esperanza nacional”, el partido del “primero la gente”.
Esta coyuntura es un gran desafío para
esa organización. Donde los seguidores del “jacho” anhelan que sus dirigentes
no actúen, no caminen, como el cangrejo, hacia atrás. Más bien, que accionen
como el águila, elevando alto el vuelo y alargando la visión. Si así lo hiciere:
bienaventurados los perredeístas porque en el 2016 besarán la victoria. Y si no
lo hiciere las palabras de Peña serán sentencia: “…el PRD vence al PRD”.
31-05-2012.
Cuidadito, Eutico, cuidadito, que los
vientos morados soplan por tierra y aire...y son impetuosos.
0 comentarios:
Publicar un comentario