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martes, 18 de junio de 2013

Por Luchy Díaz González*

Luchy Díaz.
Santo Domingo Oeste.- Son más de una las controversias por las que ha pasado la República Dominicana a lo largo de la historia, por cuestiones de que grandes empresas extranjeras y poderosos países han querido apoderarse de grandes extensiones de terrenos fructíferos del país.

A pesar de que somos un país subdesarrollado, geográficamente, poseemos riquezas que despiertan el interés, la motivación y el ego de empresarios internacionales.

Históricamente, hemos tenido diversos enfrentamientos, defendiendo varias zonas con riquezas escondidas, con garras, valentías y orgullo muchos patrimonios, productos y yacimientos.

Muchos han sido los patriotas que han salido al frente, sin importar lo que pase o lo que devenga, exponiendo sus vidas, liberándonos de manos extrañas, enfrentando, en muchos casos, a compatriotas que vendieron su lealtad, por el solo hecho de aumentar sus riquezas personales, sin pensar en las consecuencias que podrían desprenderse de sus acciones adversas y poco pensadas.

Hemos salido gloriosos frente a un sin números de conflictos de esta índole, en lo que los Estados Unidos, España, Francia, Haití y muchas otras naciones más, buscan imponer sus culturas, apoderándose así de lo que aquí existe.

En 1861, El General Pedro Santana para, supuestamente “sanear la crisis económica”, anexó la República a España. En 1867, durante el gobierno de Buenaventura Báez ya existían los rumores de un posible tratado de anexión de la Bahía de Samaná a los EE. UU., contrato que no fue ratificado por el senado de EE.UU., gracias a la oposición de dominicanos y el senador Charles Summer. Pero esto no lo detuvo y, en 1869 arrendó la Bahía a la empresa Samaná Bay Company, contrato que fue firmado en 1872 y abolido en 1874 por el entonces presidente Ignacio María González, aprovechando este, su retraso de pago anual al país.

Pero no solo Samaná nos ha provocado estragos, están: El Parque Nacional los Haitises, Bonao, con la empresa Falconbridge Dominicana. Zonas que han despertado el interés, a gran escala, de empresas que buscan emprender sus negociaciones explotando los bienes que posee.

Hoy en día las campañas de concientización están a la luz del día, una continua lucha en defensa a la no explotación de Bahía de las Águilas,  loma Miranda, entre otras.

Estos lugares fueron y son la mirilla y el tema de conversación del país. Varias instituciones como Medio Ambiente y la mayoría de la ciudadanía están en contra, entienden que la explotación de estas zonas provocaría la migración y/o desaparición de especies que habitan en el lugar, contaminación del agua, diversas enfermedades debido al químico utilizado para la misma, entre otras.

Pero no solo ayer existieron, ciudadanos desleales, hoy en día sabemos que hay personas que buscan llenarse el bolsillo, aprovechando las circunstancias, sin pensar en el interés colectivo de las masas, no teniendo en cuenta que es algo desleal e ilegal contrabandear los bienes colectivos, ya que las consecuencias a largo y corto plazo serán mayores.

A la hora de contratar con empresas extranjeras para la explotación de zonas vírgenes como estas, debemos ver si los beneficios para el país suman o restan al desarrollo, echando de lado los beneficios personales que podemos llegar a obtener y pensando más en la colectividad y las generaciones venideras.


*Luchy Díaz González es periodista profesional y analista política.

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