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lunes, 17 de junio de 2013

Andrés Travieso

Andrés Travieso.
Santo Domingo Oeste.- “Y nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra”, Nehemías 4:11 de la Santa Biblia.

La misión del líder.- Nehemías fue el hombre que Dios levantó, y preparó, para liderar a su pueblo en la inmensa tarea de reconstrucción de los muros de la ciudad de Jerusalén.

Condiciones necesarias.- Carácter, tacto, desprendimiento, organización, habilidad, sabiduría, humildad, sacrificio personal, fervor patriótico, buena comunicación, comunión con su Creador y perseverancia son algunas de las cualidades que notamos en la vida del líder llamado a levantar las puertas de la ciudad de David y devolverle la seguridad y protección que había perdido en el tiempo que la sitió Nabucodonosor.

En su tamaña misión, los peligros y las adversidades se hicieron presentes a cada instante. Oposición política, carencias económicas, falta de líderes-colaboradores, críticas aviesas, oposición religiosa, intimidaciones, amenazas, falsas profecías, murmuraciones y ataques feroces fue la estela de oposiciones y obstáculos que llegaron hasta el “cuero” del siervo de Dios con la finalidad de que desistiera en sus esfuerzos de quitar la afrenta de la ciudad.

Pero el líder tenía cuero de cocodrilo.- Nehemías no respondió con espada a sus adversarios. No tomó látigo. No abandonó la obra. No desmayó. No se sentó a llorar- pues, no era tiempo para lamentaciones. Nehemías lleno de una fuerza sobrenatural, frente a los enconados ataques respondió: “¿Un hombre como yo ha de huir?”.

Y el Señor le concedió buen éxito.- Con esa manifiesta valentía, Nehemías, tapó la boca a sus adversarios y pudo terminar la obra encomendada por el Dios de Israel en un tiempo récord (solo tardó 52 días). Y el pueblo se alegró, alcanzó paz y seguridad.

La Huida es inadmisible.- Un hombre del nivel espiritual de Nehemías no huye. Un hombre que ha experimentado las maravillas de Dios se mantiene de pie frente al ataque.

El hombre que está plenamente convencido de que el Señor lo llamó a una misión no se deja intimidar por nada ni por nadie. El norte del hombre de Dios no es responder críticas ni dedicar tiempo a analizar las patrañas de los enemigos de la reconstrucción, de la obra de Dios.

El hombre de Dios no corre. El hombre de Dios se mantiene firme en su propósito. Firme en su puesto asignado por el Todopoderoso. Firme hasta culminar la labor. No hay razón para la huida. Dios está con nosotros y si Dios está con nosotros ¿Quién contra nosotros? La huida es inadmisible en la vida de un líder como Nehemías.

La defensa indestructible.- En Dios confiamos. Dios es nuestro escudo. El Dios de Israel peleara por nosotros. De Jehová es la venganza. El es el fuerte en la batalla. El nos llamó a hacer una obra para Él, y para bendición de su pueblo. Sus ángeles acampan alrededor de nosotros. En este camino que Dios nos ha trazado estamos transitando como el que busca una corona. Jehová es nuestro pastor y el buen pastor su vida da por sus ovejas.
Por tanto, decidles a Sanbalat y a Tobías que: un hombre como yo no ha de huir.


*Andrés Travieso, director de la Fundación Voluntad Educativa de Herrera.

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