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El Gobierno de Danilo sigue trabajando

viernes, 13 de diciembre de 2013

Juan Terrero Pérez

Juan Terrero Pérez.
Manoguayabo.- Una aguda crisis en todos los órdenes sacude al país. Crisis en la primera institución de la sociedad dominicana: La familia.

Crisis en la exaltación del sentido patriótico. Más aún ahora, después de la sentencia del Tribunal más alto del país, la 168-13, que mantiene dividida a la Nación en lo que debe ser el trato que hay que dar a los miles y miles de descendientes de haitianos ilegales que, pacíficamente, se apoderan del territorio nacional, con la complicidad de autoridades dominicanas de varios gobiernos que han permitido el trasiego de haitianos por unas cuantas monedas.

Crisis de valores, donde ahora lo bueno es lo malo y viceversa. Crisis prohijada por una corrupción rastrera e impune en todas nuestras instituciones; en todas.

Crisis en el sistema de partidos que pone en peligro una de las democracias más vieja en toda Latinoamérica y El Caribe.

Crisis moral en la Iglesia Católica, la más poderosa y “creíble” institución religiosa del mundo.

Mientras todo esto ocurre, la República Dominicana transita por senderos inciertos. Un país no puede manejarse así, con un desorden en todos los órdenes, y una impunidad que corroe los cimientos de la Patria, y nos condena a la disolución como Nación.

Y lo peor de todo, una clase política que ha convertido en sólo negocio, lo que Duarte definió: “La ciencia más pura y digna de ocupar la inteligencia noble, después de la Filosofía”, la Política.

Ya que las cúpulas de los principales partidos del sistema político nuestro, se reparten el botín nacional, y los pobres de todas las corrientes políticas suspiran abajo sus penurias y sufren por el abuso de dejarse usar en cada proceso electoral, que con los mismos dineros que paga la población de impuestos, se distribuyen para hacer variar conductas y voluntades.

¿Hasta cuándo durará esta postración? El mismo pueblo tendrá que dar su respuesta algún día.


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