Argentina.- Odebrecht
defendió hoy en Buenos Aires la política que lleva adelante para evitar
comportamientos antiéticos entre sus empleados, como parte de su proceso de
transformación tras afrontar el escándalo del Lava Jato, y se mostró
“esperanzada” con las políticas anticorrupción de Jair Bolsonaro.
“No
es posible construir el futuro si el pasado no es reconciliado”, reconoció en
un encuentro con loe medios, Olga Pontes, responsable de la Política de
Conformidad de la constructora brasileña.
Tras
verse salpicada en el escándalo de corrupción brasileño del Lava Jato en 2014
-que afectó a importantes figuras de la política y a grandes empresas brasileñas
y extranjeras- Odebrecht, con negocio en multitud de países, firmó en 2016
acuerdos de colaboración con el Ministerio Publico de Brasil y el Departamento
de Justicia de EE.UU.
Luego
de reconocer haber pagado sobornos a funcionarios públicos e intermediarios en
12 países para acceder a licitaciones, la compañía inició una renovación de su
Consejo de Administración -en el que incluyó miembros independientes ajenos a
la familia Odebrecht- y estableció una “política de conformidad” que marca
medidas disciplinarias para aplicar en casos de prácticas corruptas.
“Entender
lo que la sociedad espera de Odebrecht es muy importante para nosotros. Todo lo
que estamos haciendo es de forma muy asesorada”, remarcó Pontes sobre el
compromiso de desarrollar una “actuación ética, íntegra y transparente” después
de la crisis de reputación que el Lava Jato desencadenó en la empresa.
Hasta
2019, la constructora se está sometiendo a un monitoreo de la Justicia de
Estados Unidos, que es exhaustivo pero “fortalecerá” la compañía y que según la
responsable de la política de conformidad se está encarando no “como una
penalidad”, sino como algo beneficioso.
“Vamos
a abrazar las recomendaciones”, añadió.
Consultada
por cómo toma la empresa la llegada de Jair Bolsonaro a la Presidencia
brasileña, en enero próximo, Pontes fue tajante.
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