Por Francisco Luciano*
Santo Domingo Oeste.- La derecha venezolana llena de
frustración ante la imposibilidad ganar las elecciones fijadas para el 14
abril, expone una campaña que pretende descalificar al candidato del chavismo
Nicolás Maduro a quien denominan “el guagüero” en alusión a que este laboro
como conductor en el transporte metropolitano de caracas durante su juventud.
A las narices paradas de Venezuela le
cuesta aceptar que gente de origen económicamente pobre y sin abolengo, accedan
a posiciones de poder y peor aun que tengan éxito, ganando el aprecio y el
reconocimiento de la comunidad internacional.
Este tipo de gente no se concibe que
un “guardia” o un “guagüero” puedan constituirse en paradigmas de la humanidad,
y modelos a imitar por nuestra juventud encarnando valores como la solidaridad,
el humanismo y el respeto a los demás.
La impronta del gobierno chavista ha
calado en la conciencia de los Venezolanos y trascendido en América Latina, ya
avanzo pasos, como nadie lo hizo nunca, en la construcción del sueño de Simón
Bolívar por alcanzar la unidad de nuestros pueblos.
Una parte de esa derecha rancia, que
deseo y pidió a gritos la muerte del comandante Hugo Chávez, puede que sea
ahora cuando comprenda que los hombres de su estirpe no mueren jamás y que por
el contrario, se convierten en gigantes invencibles cuando sus cuerpos van a la
fosa.
Nicolás Maduro fue elegido por Hugo
Chávez y el pueblo venezolano le tributará un gran homenaje escogiéndolo como
el presidente constitucional que cumplirá la encomienda de continuar su obra
redentora con la consolidación del socialismo del siglo XXI.
Nicolás Maduro, el “el guagüero” se
convertirá en el conductor legitimo del pueblo venezolano por la decisión
libérrima de este en las urnas y nada ni nadie detendrá la marcha acelerada del
tren que conduce a los venezolanos por el camino de la equidad y la justicia
social y lo mejor de todo es que los derechistas y oligarcas de aquel país se
quedaran como las ‘chacabanas’ "afuera", lo que vale decir que los
dejo la “guagua”.
*El autor es catedrático
universitario y dirigente del PTD.
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