Por Rafael Fernández
Alberto Díaz. |
Santo Domingo Oeste.- Cuando se habla de
una persona, se debe hacer de manera natural y precisa, cuando se trata de
biografías ejemplares, necesariamente, se debe vaciar en el papel las acciones
y el hacer verdadero de la persona en cuestión.
En este caso, debemos aclarar, que en
este espacio que usaremos, es para comunicarles a los amables lectores de los
periódicos que, humildemente, les hacemos llegar nuestras opiniones, de manera
amena y convincente. Que trataremos el tema de un gran profesional de la
medicina, y que el mismo pertenece a nuestro Municipio Santo Domingo Oeste,
olvidado por muchos funcionarios y exfuncionarios.
Ante todo, queremos decir que influir no
es dominar, es en esencia modificar en mayor o menor grado las disposiciones de
los acondicionamientos que recibe síquicamente una persona, discerniendo las
realidades, valores o posibilidades de esa transmisión.
Sin lugar a dudas, si usted investiga la
capacidad y el comportamiento del doctor Alberto Díaz, fácilmente llegará a la
conclusión afectiva, de que hay un antes y un después en el municipio en lo
referente a lo político. No estamos
haciendo apología difícil de percibir, estamos diciendo lo que realmente nos
compete como profesional, que es y será siempre aclarar y decir ante la opinión
pública nacional e internacional las cosas como son.
Al hablar de este gran ser humano,
debemos poner en práctica las emociones positivas, porque ese gran humanista
tiene dentro de sus haberes, logros importantísimos, y aplicara la carpeta con
mas tesón para el municipio desde la curul, que contando con el apoyo de los
dirigentes del PLD obtendrá Dios mediante el espacio que necesitamos las
grandes mayoría del municipio.
Al decir verdad, ha demostrado en el
poco tiempo que tiene en el Hospital General Vinicio Calventi, que
verdaderamente es un gran armador, un gran gerente, desprendido con el más
necesitado, con grande dotes de vocación de servicio, honesto, responsable,
sincero, cordial y un profesional que lleva al pie de la letra el juramento
hipocrático.
Sin embargo, no obstante haber hilvanado
de manera superficial los grandes dotes de personalidad moral que recoge la
figura estelar del doctor José Alberto Díaz, quiero significarle, que este sí
reconoce para qué es la curul del Comité Central que ostentan muchos, y que
realmente no lo ponen en uso, espero que nuestros queridos amigos y compañeros
apoyen a este integro profesional por lo nacional y decidan sufragar por el día
del sufragio a nivel interno.
Quien no está nunca de parte de la
verdad científica y la razón, vivirá sin saber que existe.
¡Hasta la próxima entrega, si usted, yo
y Dios lo queremos!
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